Por Yesid Francisco Perea Mosquera
A propósito de la situación conocida por todos en el Cerro Bravo, ubicado entre Manizales y Fresno en el Tolima, en la cual se ven columnas de gas salir por diferentes partes de ese cerro, viene a mi memoria lo sucedido o mejor, lo que dejó de suceder con la masificación del gas natural en el Chocó. La situación hace alusión a los trabajos que se iniciaron en varios Municipios del departamento para la supuesta masificación del gas natural en Condoto, Istmina, Unión Panamericana y Tadó, como consecuencia de un proyecto por un valor superior a los 80 mil millones de pesos.
Con ocasión de la situación acontecida en el aludido cerro, el suroccidente colombiano está sufriendo la suspensión en el suministro del gas, lo cual afecta el consumo en los hogares, restaurantes, bombas de combustible, etc., en esta parte del país, situación que terminará por afectar a departamentos como Tolima, Caldas y Risaralda, y más temprano que tarde, a nuestro querido Chocó. Ya de por sí la pipeta de gas se encareció en nuestra comarca y con la merma por los problemas en el cerro tolimense, sin lugar a dudas el asunto terminará por afectar a nuestra comunidad; por eso viene a mi mente la situación con el contrato para la mencionada masificación en los municipios enlistados, lo cual ha arrojado pérdidas por más de 12 mil millones de pesos, según la Contraloría General de la República.
Si se hubiera llevado a feliz término la instalación de los elementos necesarios para hacer uso del gas natural en los municipios chocoanos, tal vez la situación no se mostrara tan preocupante, pero como ello no se realizó y se quedaron con los recursos, es decir, se los robaron, entonces estamos sin respaldo en materia gasífera. En estos aspectos, los de corrupción, siempre aparecen los mismos personajes con alguna variación, quienes continúan haciendo parte de la sociedad chocoana, cuando debieran estar pagando por sus acciones y/u omisiones. Y del gas nuestro qué!!.