NUEVO ORO, YACIMIENTOS POR DOQUIER

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Por Yesid Francisco Perea Mosquera


El espacio se ha convertido en fuente de noticias de todo orden y estos días está de moda, con la exitosa instalación del telescopio James Webb, de cuya actividad los científicos de la NASA y de otras organizaciones, están esperando grandes noticias, dada la calidad de fotografías, por ejemplo, que pueden registrar y la capacidad con la cual cuentan para ver aquello ignorado por otros equipos, porque no contaban con los avances tecnológicos de hoy. Lo último, o al menos de las noticias más recientes, apuntan al descubrimiento del más grande yacimiento de oro en el espacio; pero a usted amig@ lector(a), le queda la tarea de averiguar por los detalles de tan preciado elemento, ubicado allá en el espacio.


Por mis evidentes limitaciones, es necesario precisar que no es a ese oro al que me quiero referir, sino al “oro del turismo”, aspecto sobre el cual, como pueblo, deberíamos dedicar todos nuestros esfuerzos para hacer posible la ubicación del turismo en el primer renglón de nuestra economía; y así debería ser, entre otras razones, más allá de las que tenemos como región potencial y realmente rica en este ámbito de la economía, por lo que representa como fuente de crecimiento económico en países en desarrollo, como ocurre con Colombia y ni qué decir respecto de nuestra situación como departamento subdesarrollado. Si el Chocó explotara el turismo en debida forma, surgiría como consecuencia necesaria la reducción del desempleo, porque se crearían muchos puestos de trabajo; la pobreza extrema, esa que nos carcome, sería fuertemente atacada, permitiéndole un mejor nivel de vida a nuestros ciudadanos; eso de ser la mejor esquina del país tendría razón de ser y ofreceríamos a nuestros jóvenes estudiantes la oportunidad de innovar y emprender, en la búsqueda de nuevas opciones de vida.


El turismo al cual hago alusión, es al denominado como sostenible, para preservar como corresponde, esa gran riqueza con la que la naturaleza nos premió; será un turismo integral, incluyente, participativo, interracial, multicultural, lo cual permitiría ofrecer una oportunidad única para desarrollar nuestro querido departamento. Traer a este escrito aspectos puntuales relacionados con escenarios, ríos, mares, etc., se tornaría un espacio realmente muy corto; sin embargo, me atrevo a dejar puntadas especiales, como el fenómeno del desove de las ballenas jorobadas en el pacífico, el de la tortuga canaá en nuestra costa atlántica con epicentro en ese hermoso municipio como lo es Acandí; obsérvese nuestras playas vírgenes tanto en el atlántico como en el pacífico, nuestros ríos y quebradas, la ensenada de utría, cuya belleza física es incomparable; la posibilidad de avistamiento de aves, las ciénagas, los corredores en nuestras selvas que podrían construirse con posibilidad de acampar, en fin, usted agréguele tantas otras opciones como las existentes.


En un escrito anterior me referí a la recuperación de la navegabilidad por el río Atrato (haré uno especial teniendo como referente al majestuoso río San Juán), situación que haría posible su recorrido en embarcaciones de distintos niveles, dándole vida a esas poblaciones asentadas en su rivera; reafirmo esta opción y visualizo ubicarnos en el malecón para ver llegar y salir embarcaciones con extranjeros como pasajeros, fortaleciendo nuestra economía. Y termino con esta posibilidad, utópica si se quiere: revivir la construcción del canal del cura, una realidad que fue, pero que la falta de visión, de oportunidades y de interés, dejó morir.

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