Por Yesid Francisco Perea Mosquera
Es lo que tendrá la Corte Constitucional si el senado de la República decide elegirla, de la terna presentada por la Corte Suprema de Justicia, el presidente de la República y el Consejo de Estado.
Conocí a la doctora LISNEIDER HINESTROZA CUESTA en el año 2012, cuando me desempeñaba como Asesor Jurídico de la Gobernación del Chocó y ella trabajaba al lado de la hoy desaparecida ALICIA RÍOS en la Universidad Tecnológica del Chocó. Me correspondía revisar algunos convenios firmados entre las dos instituciones y en razón de ello, algún día debí acudir a las dependencias donde laboraban las dos mujeres, y la Dra. Alicia Ríos me la presenta con un positivo comentario de la joven Lisneider, a quien saludo con un “… mucho gusto colega...! Ella se sonríe y me dice “…colega suyo..?). Hoy, con orgullo veo a la tímida mujer de aquel año en franca disputa por ser nueva Magistrada de la Honorable Corte Constitucional.
Años después nos volvimos a encontrar en la Universidad Tecnológica del Chocó, cuando fue designada por el Rector de entonces para llevar a cabo el empalme en representación de la universidad, dado mi nombramiento como Asesor Jurídico. Ella venía liderando una dependencia de la universidad, desarrollando proyectos investigativos y formando a muchos alumnos, labor que la llena plenamente, pues tiene la oportunidad de impartir conocimientos en sus áreas investigativas, misión que ha cumplido a cabalidad. A pesar de su juventud, a la doctora Lisneider siempre se la mira con un bajo perfil, en desplazamientos que van de su casa a la oficina, y de ésta al salón de clases, con una sencillez que cualquiera puede confundirla con timidez; siempre de sonrisa fácil y generosa, y cuando debe pronunciarse en derecho no deja lugar a dudas, por su claridad y pedagogía al enseñar. Fui testigo de esto último al momento de realizar el empalme, espacio de tiempo en el que mostró su capacidad lógica para ilustrar a aquel de quien sintió timidez al llamarla colega.
Algunos sabrán que me gusta escribir y cualquier detalle le prende la idea a quien tiene esta afición; en varias ocasiones observé en la universidad a un alumno con su movilidad disminuida en grado sumo y esta situación me animó a escribir una columna buscando ayuda para esta persona porque era incómodo tan solo ver el forzado desplazamiento del alumno; me encuentro con la doctora HINESTROZA CUESTA con quien estaba charlando de cualquier cosa y le comento el propósito del escrito y ella, sabiamente me dice: “doctor, pregúntele a ese joven qué le gustaría como ayuda, porque uno no sabe cuál será su pensamiento al respecto”. Tenía toda la razón, pues al consultarle se decantó por un triciclo a motor porque él tenía varias sillas de rueda en su casa, pero no le gustaban, y era precisamente en lo que yo había pensado conseguir. Fue una muestra más de su capacidad de análisis y sabiduría, ésta última demostrada hasta la saciedad en distintas conferencias en Colombia y en el exterior y también ante la presencia de altos Magistrados de la República. Ella sería una gran Magistrada.