Por Yesid Francisco Perea Mosquera
Los tiempos para las próximas elecciones se están acortando a gran velocidad, lo cual trae aparejado la presencia de tantos precandidatos como partidos y movimientos, en la intención de apadrinarlos y así levantarse con el triunfo; sin embargo, bueno sería tomarse un momento para la reflexión y así poder concluir quiénes son los aspirantes novedad en la baraja con pretensiones electorales y quiénes representan la continuidad de este estado de cosas en nuestro departamento.
Hay un grupo de aspirantes a alcaldías de distintos municipios, que ya han tenido la oportunidad de hacer algo positivo por su gente y no lo hicieron; pero como la memoria en política es tan frágil, pretenden volver porque esta vez sí, y hay ciudadanos que les creen. Usted amigo lector haga el ejercicio en su Municipio y saque sus propias conclusiones; no lo hago en estas notas en razón a que mi actividad política ha estado ligada básicamente al tema de la gobernación y no cuento con los elementos necesarios para pronunciarme en relación con los diferentes entes territoriales locales.
En relación con Quibdó, es muy importante mirar dónde está la novedad, si nos detenemos a analizar a quienes aspiran regir los destinos de la capital. Hay algunos que, creo, pretenden jubilarse aspirando, para lo cual han recorrido todas las vertientes políticas tratando de mimetizarse entre el cúmulo de movimientos y aspirantes; es decir, no son novedad ni en su casa. Los amables lectores los conocen; han sido protagonistas del atraso indiscutible de Quibdó y pretenden encabezar ahora, la debacle final. Otros tuvieron cómo hacer algo por la ciudad, por el departamento y tan poco aportaron nada positivo; y ahora pretenden ser la panacea (bueno, los que algo dicen) y convertirse en aquello que nunca podrán ser como los líderes de nuestros pueblos (líderes positivos). Tocó apostarle a ideas nuevas, a candidatos (as) que al menos sepan hablar y que en su accionar hayan dejado cosas positivas para su gente; concluyan.
