¡CUAL TERMINAL HOMBRE...!

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Por Yesid Francisco Perea Mosquera


Al llegar a cualquier ciudad capital en el país, incluso, en ciudades intermedias, se encuentra uno con terminales de transporte dignas, amplias, limpias, organizadas; son lugares en donde el usuario puede encontrarse con áreas destinadas a suplir distintas necesidades y a sentir la seguridad que debe generarle la presencia de las diversas autoridades. Se ha dicho que hablar de una terminal conlleva  distinguir un lugar en el cual se originan y concluyen las rutas que son llevadas a cabo por un servicio de transporte; sus implicaciones son múltiples y puede ser un punto dinamizador de la economía, iniciando por la cantidad de empleos que puede generar, sin dejar de lado las posibilidades de variados negocios en su entorno, si nos atenemos a mirar los restaurantes, almacenes, lugares para alojamientos, entre otras áreas, con las cuales resulta posible convertir a la terminal de transporte en un punto crucial para el desarrollo de una ciudad o Municipio.

Cuando se llega al espacio de terreno que han denominado como “terminal” en la ciudad de Quibdó, realmente uno no sabe a qué atenerse; se siente tristeza, pesar, dolor y termina uno concluyendo que en nuestro querido terruño somos partícipes, en grado sumo, de la triste situación por la que estamos atravesando, no solo en el tema que nos ocupa, sino en tantos otros que tienen nuestra libreta con saldo en rojo. Hoy día es muy fácil modificar un área de terreno para adecuarla, para transformarla y construir bien aquello que deseamos; en el caso de la mal llamada terminal de transporte, es claro que el área donde está localizada es de gran tamaño y seguramente, con algunos recursos de por medio, se hubiera logrado la transformación necesaria para adecuar el lote y realizar un gran trabajo. Es importante destacar el interés de quienes participaron en la elaboración de ese espacio, pero también es claro que no se consiguió la adecuación y el tamaño precisos para hacer un buen trabajo, así haya sido con capital privado.


Producto de la elaboración de este escrito, supe de la participación de las facultades de Arquitectura e Ingeniería de la Universidad Tecnológica del Chocó, para la construcción de una terminal en un lugar de mejores condiciones y desde luego, con todas sus especificaciones, trabajo que habría sido solicitado por el señor Jaime Orozco, quien tendría en su poder los resultados de ese proyecto; sin embargo, se habrían impuesto otros intereses, los cuales habrían arrojado los resultados conocidos por todos, relacionados con el espacio utilizado hoy por los usuarios de la capital chocoana y de gran parte del departamento, como terminal de transporte. También se tuvo información respecto al interés de unos inversionistas de la capital del país, para construir una verdadera terminal de transporte en Quibdó; qué bueno fuera que se despertara el interés de propios y extraños para construir una terminal de verdad, con capacidad para aportarle al paisaje de la ciudad capital y a su crecimiento, de tal manera que, por ejemplo, esa guadua utilizada como control para el acceso y salida a esa construcción, sea cosa del pasado y se reemplace por otros medios modernos, utilizando la tecnología y tantos recursos como aquellos con los que la modernidad nos puede dar la mano.

El Chocó debe distinguirse ya por cosas serias, modernas, por el uso de las tecnologías; el personal calificado lo tenemos, como también, la posibilidad de acceder a profesionales externos con el firme interés de venir a trabajar, y también existe capital privado listo para invertir en nuestro departamento, como estaría ocurriendo con los inversionistas rolos y su interés en la multicitada terminal. En muchos aspectos el desarrollo departamental depende de nosotros los chocoanos; por ejemplo, no es justo devolver recursos por no formular proyectos, cuando hay tanto por hacer, incluida una verdadera terminal.

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