Obispo de Quibdó pide cese de hostilidades de grupos ilegales

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Monseñor Juan Carlos Barreto adscrito a la Arquidiócesis de Quibdó, Chocó, hizo un llamado a los grupos al margen de la ley para que los actos violentos cesen en el territorio nacional.
“A pesar del avance de la pandemia del coronavirus en Colombia y la insistencia para que guardemos la distancia por la cuarentena, en algunas regiones del país, el conflicto armado se acentúa. Desde la arquidiócesis de Quibdó, Chocó, los indígenas y las comunidades afrocolombianas y campesinas hacemos un llamado a los grupos armados para que hagan un cese multilateral al fuego”, dijo.
El obispo señaló que la situación de Bojayá, Bahía Solano, Alto Baudó, Juradó y otros municipios del Chocó, sumado a lugares en el Cauca, Nariño, Putumayo y el Catatumbo, entre otros, es totalmente insoportable.

“Los armados deben parar la guerra, ya no sabemos cómo decirles, pero no nos cansaremos de hacerlo. Los invitamos a cuidarse a reflexionar y a convertirse”, argumentó. El miembro de la Iglesia Católica hizo un llamado al Estado colombiano con el fin que de actúe de forma adecuada y eficaz, frente a la problemática que deja el conflicto armado.
El pasado 3 de abril, la comunidad indígena del Resguardo Pichicora Chicué Punto Alegre-Rio Chicué, en zona rural de Bojayá, tuvo que refugiarse en el monte ante los continuos enfrentamientos entre el Eln y el Clan del Golfo en sus territorios.
“Se presentan enfrentamientos entre los grupos armados Agc y Eln, causando la explosión de 10 granadas fragmentarias en la comunidad de Nueva Jerusalén. Estos constantes enfrentamientos ocurren desde el pasado 29 de marzo en la cual colocan a nuestra población Embera como escudo humano en la línea del fuego cruzado”, dice un comunicado emitido por la Asociación de Cabildos Indígenas Embera, Wounaan, Katio, Chami y Tule del Departamento del Choco, Orewa.

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