“La ministra de Ciencia se queda”: Gobierno

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Ayer se realizó una reunión entre Marta Lucía Ramírez; la ministra de Ciencia, Mabel Torres, y varios integrantes de la Misión de Sabios. En ella, la vicepresidenta manifestó su apoyo a Torres tras el artículo publicado por El Espectador. Sin embargo, parte de la comunidad científica parece no estar conforme.


La ministra de Ciencia, Mabel Torres.Gustavo Torrijos - El Espectador
La ministra de Ciencia y la vicepresidenta de la República convocaron ayer, 15 de enero, a los miembros de la Misión Internacional de Sabios. La primera explicó sus planes a corto plazo, su visión sobre cómo estructurar el nuevo Ministerio y cómo ponerlo a andar. Habló de la importancia de reunirse con los gobernadores para que incluyan el tema de ciencia y tecnología en sus planes de acción, aprovechando que están gestándolos en estos primeros días de sus gobiernos. En el encuentro también explicó su versión sobre el artículo La ministra de Ciencia y su dudosa promesa contra el cáncer, publicado por este diario. Dijo, según supo El Espectador, que en la nota periodística la habían sacado de contexto.
A la cita no asistieron todos los comisionados. Pero, como asegura uno de los sabios que estuvo en la reunión, varios de los que acudieron cuestionaron sus argumentos y llamaron la atención sobre otros espacios en los que la ministra Mabel Torres Torres ha descrito sus métodos. Manifestaron sus dudas por tener como representante de la ciencia del país a alguien que si bien tiene un doctorado en la Universidad de Guadalajara de acuerdo con su hoja de vida, sus investigaciones no han seguido los protocolos internacionales de la ciencia. “El espíritu general de la comunidad científica es de una gran preocupación”, dijo otro de los comisionados. La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez los escuchó pero ratificó la decisión del Gobierno: “la ministra Torres se queda en el cargo”. (Lea la entrevista con la ministra de Ciencia)
Tal y como le contaron a este diario algunos de los asistentes, en el encuentro los comisionados reiteraron que este debate no se trata de una discusión sobre raza ni de género. “El problema es de otra índole”, aseguró uno de los sabios que prefiere mantenerse en el anonimato. “Ella misma”, continuó, “es consciente de haber tenido el dilema ético y a pesar de ello siguió produciendo, desarrollando y ofreciendo a pacientes un compuesto sin cumplir con los requisitos de la ética médica y de la ética en investigación científica. A pesar de ello también aceptó el cargo que le exige responder con las reglas universales que rigen la investigación científica”.
Tras la reunión, la ministra dijo que prepararía una comunicación aclarando su visión de la ciencia. La vicepresidenta Ramírez le pidió prudencia. Se sugirió contratar un buen asesor en relaciones públicas para manejar su imagen. Pero a juicio de algunos miembros de la comunidad científica que estuvieron en el encuentro y que pidieron no ser nombrados, lo que se requiere es “nombrar un ministro o una ministra, de la raza que sea y de la región que sea, pero que sea idóneo; que tenga cierto prestigio dentro de la comunidad científica, que entienda y respete las normas para producir nuevo conocimiento y promover la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la innovación y el emprendimiento; que tenga experiencia en gestión”.
De hecho, aunque generó un gran debate, el artículo publicado por este diario parece no haber tomado por sorpresa a parte de la comunidad científica. La Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, que acompañó de cerca el proceso de creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación durante 2019, había enviado a Presidencia un texto con las condiciones que a su juicio debía tener el futuro ministro/a y sugería nombres de posibles mujeres que podían asumir el cargo. En esa lista no estaba Torres.
Una de las razones por las cuales los científicos aplaudieron la creación del Ministerio fue que con dicha ley se elevaría el estatus de la ciencia y al fin Colombia tendría un/a ministro capaz de discutir internacionalmente con sus homólogos de los países de la región y del mundo. Pero hoy, tras la discusión desatada, la abogada María Piedad Villaveces, directora de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, se pregunta: ¿Cómo presentaremos ante las instancias internacionales la nueva visión de la ética en la investigación de Colombia, teniendo en cuenta que los estándares éticos de la investigación no son solo colombianos sino internacionales?
El lunes 13 de enero la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina emitió un comunicado en el que lamentó que “el derrotero de cómo hacer ciencia en nuestro país haya quedado en manos de la pseudociencia”. La Liga Colombiana contra el Cáncer y la Asociación Colombiana de Ginecólogos Oncólogos también acaban de pronunciarse: “…La información no avalada científicamente hace mucho daño, especialmente cuando se trata de una enfermedad tan compleja como el cáncer que afecta a más de 100.000 colombianos cada año y que con frecuencia son asaltados en su buena fe por mercaderes de la esperanza”, dice la primera. La segunda exige una aclaración por parte de la ministra. Por su parte, las academias de Ciencias y la de Medicina analizan hacer públicas sus posiciones.

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